martes, 27 de abril de 2010

Cuestión de imanes.

No creo en la teoría del príncipe azul. Prefiero besar mil sapos de colores y sentir junto a todos ellos una nueva emoción.

Te acaricio la espalda, y saboreo con mis dedos el calor de tu cuerpo. Y me encanta, y tú me encantas. Es casi magnético, no hay posibilidad de tenerte lejos. Y pienso en él, y te veo a ti, y borro su imagen de mi mente, y olvido el color de sus labios mientras beso los tuyos. Y me abrazas, y te abrazo, me tiemblan las piernas, y tus manos, firmes y seguras las detienen, las calman. Aun no sé cómo te las apañaste para quitarme el pantalón. Y me dormiría en tu ombligo esta noche, y la noche que viene, y todas las que sucedan a la noche de mañana. Incluso en un momento me descubro dibujando un corazón en tu pecho. Me escondo, escondo mi hazaña entre tus besos. Estoy segura de todo y esto debe de ser un sueño. Cierro los ojos con fuerza y los vuelvo a abrir: ahí estás, enredando tus dedos en mi pelo.

Te has convertido en mi imán preferido.

domingo, 11 de abril de 2010

Intentos fallidos.Quizás me de lástima.

Faltan pastillas, sobran pastillas.

Ayer lo volviste a intentar. ¿Qué pretendes con todo esto? ¿Quieres morir? Vives en un séptimo, si lo haces, hazlo bien. Deja de hacerla sufrir, deja de atormentarla con tus locuras y desvaríos, deja de manejarla como si fuera tu títere.

Te quiero, joder, y tanto que te quiero, pero a ella la quiero más. Ella lo es todo, ella es lo primero que conocí y lo último que se irá conmigo. Ella es calor, ella es dulzura, ella es jazmines los domingos. ¿Y tú quién eres? Nada, no eres nada ni nadie. Eres de su sangre, eres cariño cuando quieres y tormenta si no te hacen caso. Eres buena y eres mala. A veces eres un ángel, otras un demonio.

Ya estoy harta de que todas tus acciones se excusen tras ese manto que se interpone entre tú y un animal inteligente ¿Dónde está la frontera? Demasiado inteligente. Demasiado manipuladora. Le haces daño y lo sabes, y sabes dónde más le duele para después esconderte tras tu máscara de hierro. Infranqueable, defendible. Ya basta. Llevas cuarenta años fastidiándole la vida a las únicas personas que se han preocupado por ti. A veces creo que tú la mataste. A veces creo que tú la matarás.

Estoy cansada de tus amores y desamores, de tus tonterías, de tu maldad bien escondida. Cansada de que le hagas daño a mi familia, de que amenaces y manipules. No te voy a permitir que la hagas infeliz, a ella también no. Y créeme que te quiero, pero te quiero cuando el monstruo de tu cabeza deja vivir en paz al resto. Te quiero cuando no la haces llorar, te quiero cuando no la haces sufrir ni la haces estar de mal humor.

No te permitiré que siguas torturando a mi madre con tus locuras. Dime cuáles son tus jodidos motivos, dímelos que no te impediré nada, aunque después me coma la conciencia.

¿Quieres pastillas? Toma pastillas, tómalas todas, yo te las doy, pero a ella la dejas en paz.

viernes, 2 de abril de 2010

Nadie




Yo lo tengo todo y ellos mueren de hambre. ¿Por qué está tan mal repartido el mundo?

No sintamos lástima por ellos y no hagamos nada, sintámosla por nosotros, ciegos ante la realidad que nos rodea. No somos nadie y nos creemos dueños del mundo. Repito. No somos NADIE.

Quizá algún día consigamos que esta puta vida sea justa. Ahora toca luchar para que cumpliendo nuestros sueños ellos puedan tener un plato cada día para comer.

Quizá si todos soñamos juntos sea mucho más fácil mover esta montaña.