martes, 9 de agosto de 2011

Todo me sobra, nada me falta.

Hace tiempo que dejé de ver el mundo con ilusión. Hace tiempo que me deshice de sueños y metas para lograr una especie de paz interior.

Si no espero nada, no anhelo nada, nada pierdo, por nada lloro, por nada lucho, por nada me esfuerzo más sabiendo que aún así conseguiré menos. Quizás estoy vacía.

Sé que no debería de ser así, pero hace tiempo que perdí la ilusión por las cosas, la necesidad de ser la mejor. Quizás ahora encuentre la vida más sencilla, sin una meta clara, dejándome llevar a dónde quiera la vida, sin planes de futuro, sin un diamante por el que luchar. En ocasiones saber que no hay nada que me pueda hacer sentir-de nuevo-decepcionada conmigo misma me hace estar en calma, tranquila. En otros momentos, saber que no tengo ningún final claro en mi escalera se convierte en la propia decepción.

Lo que quería ni lo quiero ni lo tengo, lo que tengo no lo quería, pero ahora lo valoro. Lo que tengo es -con respecto a lo que quería- menos y más al mismo tiempo. Tengo envidia de los que obtuvieron sin querer lo que yo quería, tengo envidia de los que han seguido luchando por lo que yo quería, también me siento afortunada por tener lo que tengo, porque es mejor de lo que creía, es, posiblemente, mejor de lo que pensaba que quería, sin embargo, con todo y con eso ya no quiero nada.

Si fuera tan sencillo como coger las maletas y salir de aquí, bien lejos, con todo hecho, no me verían el pelo.Quizás fuera encuentre otras cosas que podría querer, cosas que hasta ahora se han mantenido fuera de mi campo de visión.

Lo quería Todo y ahora Todo me sobra, nada me falta.

miércoles, 29 de junio de 2011

favores

Me alegra saber que todo te va bien y que cumplirás tu sueño pero... ¿es esto necesario? Abrir viejas heridas que creí cicatrizadas y meter el dedo en la yaga.

Soy una puta, puta y encima pongo la cama, al menos así me siento. No me termina de convencer este plan. La visita de ayer está bien, pero la llamada de esta tarde ha sido pasarse.

No sé ya cómo decir sin ofender que no quiero tener nada que ver con todo lo que pasó. No quiero ser borde, pero no quiero recuperar tu amistad, no me merece la pena; tampoco voy a estar para ti, ahí, quita, un año después de todo eso, a la espera de hacerte favores. No me interesa.

Ayer me di cuenta de que puedo perdonar sin dificultad, sin embargo olvidar sigue entre mis asignaturas pendientes.

lunes, 7 de marzo de 2011

El día en el que te sumé a mi vida, sin darme cuenta me estaba dividiendo en dos. Me gusta estar sola casi tanto como estar tiempo contigo.

Puedo mentirme a mi misma y decir que a veces no estás de más, puedo mentirme a mi misma y decir que nunca te echo de menos. De hecho, podría calcularlo: sólo tengo que sumar lo que dices que me echas de menos a todo lo que niego que te extraño.

Posiblemente nuestra ecuación sea equivalente. Equivaliente. Valiente. Ninguno de los dos es valiente. Los dos corremos asustados a meternos bajo la sábana-bien solitos- en cuanto nos damos cuenta de que esto ya es más de lo planeado.

¡Qué bonito es estar solo, más aun si sabes que- aun así- estarás acompañado!

sábado, 19 de febrero de 2011

Bonica y redondica.

La luna está en el cielo, alzada, llena, redonda y clara: toda marcadita de huellas de añoranza. Y yo la miro desde la cama e imagino mentiras que nunca acaban. Mentiras como que estás conmigo, que te devuelvo el alma, como que la luna no se apaga.

Y miro alrededor, aquí, desde mi cama para terminar abrazada a la almohada. Sólo puedo taparme con la sábana; se acabará el imaginar cuando llegue la mañana.


Para cuando me he querido dar cuenta, ya han pasado cuatro años desde que te echo en falta. Seguiré mirando las estrellas.

viernes, 11 de febrero de 2011

Relojes Swatch.

Me encanta el sonido de los relojes Swatch: Siempre eres consciente del paso del tiempo.

Recordé tu frase mientras se consumía, muy poco a poco, mi última barra de incienso. Se consumía a la par que lo nuestro.

El tiempo importa, las historias importan, los abrazos también.

La vida es como un buen libro en el que la trama marca más que el desenlace final. Como un polvo agotador, dónde lo sublime se da al principio y el último éxtasis no es más que un complemento. Es como hacerse el amor a uno mismo todos los días. Es como llevar chaqueta por la mañana y quitártela a medio día.

Esto no es como hacer el amor, es como jugar a que lo hacemos.

Me importará cuando nuestra pequeña relación –de tres, como los dos sabemos- se termine, pero qué divertido está siendo el resto.

No olvidaré tu barba ni tus ojos azules, esos en los que tengo tendencia a perderme siempre que tengo oportunidad. Has llegado tarde al decirme que no me encariñe demasiado de ti.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Plato frío.

Ahora. Ahora yo puedo dejar de ser el títere y manejar los hilos. Ahora que podría 'vengarme'...ya ni me apetece. Hoy me releo a mi misma: 'No sé si luego querré estar en un lugar donde no me quieren'. Ahora sí lo sé: Definitivamente no quiero estar.

Y es que no me importa sonreír por los buenos momentos, los recuerdos, las experiencias, en serio, los disfruto, pero por ahora no me interesa seguir escribiendo nuestra historia. Todo eso no me sirve de nada después de estos meses de vacío absoluto y cuentos de terror.

Gracias por no haber estado cuando más nos hemos necesitado entre todos. Gracias por no haber estado cuando más os he necesitado. Gracias, gracias por haber dejado que otra gente increíble entre en mi vida, y de la que de otra manera no hubiera podido.

Hay días en los que os echo de menos y otros en los que ni tan siquiera os recuerdo.

Esta noche cierro vuestro capítulo.

sábado, 15 de enero de 2011

¿Asustada? En realidad muerta de miedo.

Si duermes conmigo me falta espacio, pero qué ancha me parece la cama de noventa si no estás en ella.

Quizás sea contradictorio, pero creo que por ahora prefiero dormir en tu compañía, sentirme chiquitina bajo tu abrazo, apoyarme en tu pecho y pincharme con tu barba a primera hora de la mañana.

Me he acostumbrado a ti y me encanta.

sábado, 1 de enero de 2011

Sueño

Quizás fuera producto del alcohol y del delirio, en una de esas fases en las que aun uno no está durmiendo, pero tampoco está despierto. Sin embargo, creo que fue un largo sueño.

Anoche soñé con ellas, con todas. Estábamos sentadas alrededor de una robusta mesa de madera y conversábamos tranquilamente, como si nada hubiera pasado. Después la tensión se respiraba en el ambiente, tenía ganas de llorar y de gritar que no tienen razón – y no es que yo sea excesivamente cabezona, es que si se razonan las cosas desde más puntos de vista que el de la autarquía igual pueden captar el sentido completo de la situación.

Posiblemente quedó mucho sin decir, muchas palabras cargadas hasta arriba de sentimiento, de rencores: Palabras que simbolizan la extensión de una relación pútrida sometida a tracciones, torsiones y presiones y que al romperse ha salpicado su pus infectado a todos aquellos que la rodeaban.

Quisiera poder recordar exactamente las palabras que decía para decírselas –si se diese el momento adecuado- a la cara. Pero, como siempre pasa en los sueños; parte de nuestros anhelos y temores más internos, el fondo de nuestro subconsciente y la supura de nuestras heridas más profundas y escondidas, las olvidé nada más despertar. Pues eso, supongo que al final la ebriedad terminó de desatar en mi todo aquello.

Toda la culpa no es mía, por mucho que os empeñaseis en quitárosla toda de encima. Sin duda aun me queda mucho veneno por dentro, tanto que posiblemente si me muerdo la lengua me muero.