No creo en la teoría del príncipe azul. Prefiero besar mil sapos de colores y sentir junto a todos ellos una nueva emoción.
Te acaricio la espalda, y saboreo con mis dedos el calor de tu cuerpo. Y me encanta, y tú me encantas. Es casi magnético, no hay posibilidad de tenerte lejos. Y pienso en él, y te veo a ti, y borro su imagen de mi mente, y olvido el color de sus labios mientras beso los tuyos. Y me abrazas, y te abrazo, me tiemblan las piernas, y tus manos, firmes y seguras las detienen, las calman. Aun no sé cómo te las apañaste para quitarme el pantalón. Y me dormiría en tu ombligo esta noche, y la noche que viene, y todas las que sucedan a la noche de mañana. Incluso en un momento me descubro dibujando un corazón en tu pecho. Me escondo, escondo mi hazaña entre tus besos. Estoy segura de todo y esto debe de ser un sueño. Cierro los ojos con fuerza y los vuelvo a abrir: ahí estás, enredando tus dedos en mi pelo.
Te has convertido en mi imán preferido.
Precioso.
ResponderEliminarUna maravilla!
:)
La parte del desconocimiento de los métodos de pérdida de pantalón me ha llegao, juro. O_o
ResponderEliminar¿Que por qué? Pues vaya usté a saber, oiga. Vaya usté a intentar comprender lo que ni yo de mi cabeza pillo.
Bueno, imanes, que un placer pasar por aquí. ^^
Cuidado con los sapos de colores, que de alucinógeno a venenoso hay un paso. Ja, ja, já. ^^
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ResponderEliminarTantos besos perdidos...
ResponderEliminarCuantos sueños dormidos...
Despierta princesa, despierta...
Tu príncipe te espera.
He leído unas cuantas entradas tuyas, debo decirte que me encanta tu forma de escribir. Eres muy directa, muy clara, muy ameno leer tus textos, engachan.
ResponderEliminarMe dejaré caer por aquí de ahora en adelante ;)
Elenaaa ! =)
ResponderEliminarMe encanta como escribess !
UN besiito