Olvida el maldito abecedario
y delira hasta formar tus propias palabras...
lunes, 11 de febrero de 2013
¿Quién teme al lobo feroz?
Perdida, desesperada, incompleta.
Temerosa, impotente.
Mi lobo feroz ha vuelto y esta vez bajo una apariencia que no me tenía acostumbrada, mi lobo feroz vuelvo a ser yo misma. Me encuentro acorralada entre yo y yo y esta vez no sé a dónde ir, ya no sé si vale la pena.
domingo, 10 de junio de 2012
Dolores y Esperanza
lunes, 13 de febrero de 2012
14 de Febrero.
domingo, 29 de enero de 2012
Arenas movedizas
Me llamas, por tercera vez consecutiva y yo me quedo inmóvil mirando el teléfono, de nuevo, sin saber qué hacer. No quiero volver a hablar contigo, al menos no hoy. En los dos tonos que tengo de espacio para responder sopeso los pros y los contras de coger el teléfono. ¿Pros? No te enfadarás. ¿Contras? Yo me enfadaré y me volverás a parecer absurdo.
Y sin embargo no entiendes las indirectas y te dedicas a no dejar que te saque ni un poquito de mi vida. Quizá necesito echarte un poquito de menos.
El teléfono sigue sonando y me pierdo en su música, como si de alguna manera ella fuera a sacarme un poquito de la realidad. Quizás puedo inventar alguna excusa para no contestar; sé que volverás a llamar.
¿Por qué no puede ser todo como era al principio? Tan fácil, tan sencillo, tan resplandeciente… tan tú por un lado y yo por el otro, cuando aún no había un nosotros, cuando a mí me gustaba que así lo fuera, cuando sabíamos que se iba a acabar. ¿Por qué decidimos no dejar que la historia tuviera su final?
El teléfono deja de sonar y siento un fuerte alivio. Ahora creo que debería haberlo cogido. Supongo que estarás enfadado, supongo que querrías volver a planearlo todo con puntos y comas, con todo detalle, como hemos planeado hace menos de una hora. Supongo que querrías revisar uno a uno los puntos que acabamos de acordar justo antes de que te fueras de mi habitación, como siempre.
El aparato vibra sobre la mesa y yo pego un bote con él. Recibo tu mensaje, un escueto “Llámame”. Dejo pasar un rato, dejo pasar mi propio enfado. No has hecho nada y lo sé, sólo estás siendo como eres, solo que ahora me molestan tus hábitos, tus formas, tus palabras, tus caricias. No sé por qué me molestan y no me dejas tiempo para averiguarlo.
Ya ha pasado un rato y creo que tengo fuerzas para llamarte yo. No he acabado de marcar cuando ya me llamas de nuevo. Enfadada tiro el móvil contra la cama. ¿Tiene que ser siempre todo a tu ritmo?
Hemos construido una fortaleza sobre arenas movedizas, ahora nos toca esperar a que se derrumbe sola.
martes, 9 de agosto de 2011
Todo me sobra, nada me falta.
Hace tiempo que dejé de ver el mundo con ilusión. Hace tiempo que me deshice de sueños y metas para lograr una especie de paz interior.
Si no espero nada, no anhelo nada, nada pierdo, por nada lloro, por nada lucho, por nada me esfuerzo más sabiendo que aún así conseguiré menos. Quizás estoy vacía.
Sé que no debería de ser así, pero hace tiempo que perdí la ilusión por las cosas, la necesidad de ser la mejor. Quizás ahora encuentre la vida más sencilla, sin una meta clara, dejándome llevar a dónde quiera la vida, sin planes de futuro, sin un diamante por el que luchar. En ocasiones saber que no hay nada que me pueda hacer sentir-de nuevo-decepcionada conmigo misma me hace estar en calma, tranquila. En otros momentos, saber que no tengo ningún final claro en mi escalera se convierte en la propia decepción.
Lo que quería ni lo quiero ni lo tengo, lo que tengo no lo quería, pero ahora lo valoro. Lo que tengo es -con respecto a lo que quería- menos y más al mismo tiempo. Tengo envidia de los que obtuvieron sin querer lo que yo quería, tengo envidia de los que han seguido luchando por lo que yo quería, también me siento afortunada por tener lo que tengo, porque es mejor de lo que creía, es, posiblemente, mejor de lo que pensaba que quería, sin embargo, con todo y con eso ya no quiero nada.
Si fuera tan sencillo como coger las maletas y salir de aquí, bien lejos, con todo hecho, no me verían el pelo.Quizás fuera encuentre otras cosas que podría querer, cosas que hasta ahora se han mantenido fuera de mi campo de visión.
Lo quería Todo y ahora Todo me sobra, nada me falta.